Diez años han pasado ya desde la primera edición de otra de las obras que dieron popularidad a Ana Oncina, que obtuvo el Premio del Público del Salón Internacional del Cómic de Barcelona. Lo que la fritanga ha unido que no lo separe el día a día. A veces la convivencia entre Croqueta y Empanadilla se complica y el amor se convierte en rutina. Los momentos de escatología casera están muy alejados del romanticismo, sin embargo, el carisma de la pareja vuelve a enamorar al lector una y otra vez con su ración de humor absurdo, crítica mordaz a las pequeñas miserias que esconden las relaciones y el deseo de vivir como dos jóvenes más a pesar de sus evidentes condicionantes de harina y aceite. Con su estilo sencillo, casi esquemático, autoparódico, colorido y caricaturesco, los capítulos que componen la serie se han convertido en un fenómeno editorial apoyado en una simpática promoción comercial.
Diez años han pasado ya desde la primera edición de otra de las obras que dieron popularidad a Ana Oncina, que obtuvo el Premio del Público del Salón Internacional del Cómic de Barcelona. Lo que la fritanga ha unido que no lo separe el día a día. A veces la convivencia entre Croqueta y Empanadilla se complica y el amor se convierte en rutina. Los momentos de escatología casera están muy alejados del romanticismo, sin embargo, el carisma de la pareja vuelve a enamorar al lector una y otra vez con... Seguir leyendo
Croqueta y Empanadilla 2
- Ha sido niña.
- Una niña preciosa.
- Pero si es una empanadilla...
- ¡Ay!
- ¡Huy, perdona! Iba empanada.
- ¡Tía! ¡He conocido a un chico que me encanta!
- ¿De verdad? ¿Y cómo es?
- Muy guapo. Tenemos muchas cosas en común. También dibuja.
- ¿No me digas? Esto promete.
- Llevamos cuatro citas y, cuanto más lo conozco, más me gusta.
- ¡Tienes que presentármelo!
- Dice que ya está llegando.
- Ahí viene.
- Oye, ¿te has dado cuenta de que es una croqueta?