Una biografía novelada de la infancia de Michael Ende. La autora, una admiradora desde su niñez del escritor, ha sabido recrear el ambiente familiar que rodeo a Ende. Comienza con el día en que los padres se conocieron en la mercería de la madre, la charla que mantuvieron sobre sus gustos y aficiones, las coincidencias, el casamiento y nacimiento del único hijo, al que llamaban cariñosamente Mischa. En la historia destaca sobre todo la figura del padre, pintor, con unos principios firmes sobre la libertad de expresión. Un hombre que no renunció a su forma de pintar aún estando condenado por el regimen nazi. También nos habla de la forma de ser de Michael Ende, de su gran imaginación y cómo creaba historias que contaba a sus compañeros de colegio, de la enemistad con uno de ellos y cómo a través de la palabra logró vencerlo. Recurre a metáforas como los hombres de gris que Ende menciona, por ejemplo, en Momo. Capítulos breves pero intensos. El lector terminará el libro deseando que hubiera más capítulos para leer.
Una biografía novelada de la infancia de Michael Ende. La autora, una admiradora desde su niñez del escritor, ha sabido recrear el ambiente familiar que rodeo a Ende. Comienza con el día en que los padres se conocieron en la mercería de la madre, la charla que mantuvieron sobre sus gustos y aficiones, las coincidencias, el casamiento y nacimiento del único hijo, al que llamaban cariñosamente Mischa. En la historia destaca sobre todo la figura del padre, pintor, con unos principios firmes sobre la libertad de... Seguir leyendo
El hijo del pintor
Prólogo
El padre del escritor (1928)
Llovía a cántaros y Edgar no sabía dónde refugiarse. Hacía frío y él no iba adecuadamente vestido. Tampoco llevaba paraguas. La camisa blanca se le había pegado al cuerpo y tenía la espalda empapada. Si no hacía algo pronto, iba a pillar un buen catarro. Unos metros más allá divisó la puerta de una mercería. En el escaparate, botones, puntillas, hilos y cintas de todos los colores. Sin pensarlo, entró. Unas campanillas tintinenates anunciaron su presencia y, al momento, apareció una mujer menuda tras el mostrador de madera.