A lo largo del siglo XIX muchos soñadores se lanzaron a la búsqueda del oro en diferentes partes del continente americano como vía de enriquecimiento rápido, una actividad ruda y profundamente hostil, especialmente por las condiciones metereológicas de las zonas en donde, se supone, había más posibilidades de éxito.
El célebre autor recoge una docena de historias al límite en donde reflexiona sobre los valores humanos cuando la supervivencia está en juego. Cuentos en donde las esperanzas y los sueños se transforman en miedos, penurias y luchas que simbolizan un tiempo en el que despertar cada mañana era toda una aventura. Una reedición apadrinada por Vicente Muñoz Puelles, que aporta un excelente epílogo, e invita a redescubrir el gélido hábitat del noroeste estadounidense y los sentimientos de aquella generación de valientes.
A lo largo del siglo XIX muchos soñadores se lanzaron a la búsqueda del oro en diferentes partes del continente americano como vía de enriquecimiento rápido, una actividad ruda y profundamente hostil, especialmente por las condiciones metereológicas de las zonas en donde, se supone, había más posibilidades de éxito.
El célebre autor recoge una docena de historias al límite en donde reflexiona sobre los valores humanos cuando la supervivencia está en juego. Cuentos en donde las esperanzas y los... Seguir leyendo
La quimera del oro
- Iván, te prohíbo que sigas adelante con esta empresa. Ni una palabra de esto o estaremos perdidos. Si se enteran los americanos o los ingleses de que tenemos oro en estas montañas, nos arruinarán. Nos invadirán a miles y nos acorralarán contra la pared hasta la muerte.
Así hablaba el viejo gobernador ruso de Sitka, Baranov, en 1804, a uno de sus cazadores eslavos que acababa de sacar de su bolsillo un puñado de pepitas de oro. Baranov, comerciante de pieles y autócrata, comprendía demasiado bien y temía la llegada de los recios e indomables buscadores de oro de estirpe anglosajona.