¿Sueles ir con prisas o te gusta tomarte la vida con calma? ¿Eres puntual o reconoces que, con frecuencia, no llegas a tiempo a tus citas? En todos los casos estarás de acuerdo en una afirmación: el tiempo es oro. Si has nacido en Gombronia, llevas esta idea acuñada en tu corazón. Si no es así tal vez sea el momento de conocer a Mara y Manuel, dos intrépidos aventureros que se ven obligados a sondear los entresijos del reloj de la plaza, tras ingerir una píldora reductora. Ellos nos ofrecen una inolvidable enseñanza: para ganar el tiempo, primero hay que saber perderlo. La amistad de la pareja de niños y su divertida travesía está aliñada con coloristas ilustraciones y numerosos detalles gráficos, en varios tonos, que se intercalan en la narración.
¿Sueles ir con prisas o te gusta tomarte la vida con calma? ¿Eres puntual o reconoces que, con frecuencia, no llegas a tiempo a tus citas? En todos los casos estarás de acuerdo en una afirmación: el tiempo es oro. Si has nacido en Gombronia, llevas esta idea acuñada en tu corazón. Si no es así tal vez sea el momento de conocer a Mara y Manuel, dos intrépidos aventureros que se ven obligados a sondear los entresijos del reloj de la plaza, tras ingerir una píldora reductora. Ellos nos ofrecen una inolvidable enseñanza:... Seguir leyendo
La microguerra de todos los tiempos
A la gente del pueblo de Gombronia le gustaba tanto el tiempo que habían puesto en la entrada un cartel muy grande que decía:
EL TIEMPO ES ORO. Firmado: Gambronia.
Y lo creían de verdad. Los gombronianos solo hacían las cosas a su hora: almorzaban a su hora, , cenaban a su hora y se iban a la cama a su hora para dormir ocho horas exactas con cero-cero segundos.