Dos letters y Cuando una serpiente
Recibí dos letters en muy poco tiempo: la primera un viernes y la segunda cinco días más tarde, un miércoles de mucho sol. Las dos llegaron sin ningún problema a la casa que me hice construir en esta ciudad americana llamada Boise, y fue mi nieto Jimmy el que las puso en mis manos. Cuando me trajo la última, la segunda letter, quiero decir, yo estaba de buen humor, canturreando en el garden y observando los nuevos brotes de la mimosa que crece allí. Tan animado estaba que hasta le di un dólar por su servicio; un dólar de los buenos, quiero decir, no de esos que reparten en el super-market y que luego no sirven ni para el cuarto de baño.