Arturo. La piedra de la leyenda
Tumber Hill es la loma que me llama y por la que corro. A veces, cuando estoy en la cima, me lleno los pulmones de aire y grito. Grito.
Ante mí se extiende la mitad del mundo. Abajo, casi a mis pies, veo nuestro feudo, la bandera escarlata ondeando al viento, la hilera de colmenas más allá del pomar, el arroyo resplandeciente.