Jesús Marchamalo satisfizo su curiosidad lectora con una serie de visitas a las bibliotecas de famosos escritores recogidas en el diario ABC, en los suplementos literarios de otros periódicos como El Norte de Castilla y en la obra Donde se guardan los libros. La editorial Siruela, responsable de aquella propuesta, y la Fundación Miguel Delibes coeditan una nueva gira por esos espacios íntimos y personales que ayudan a conocer mejor a las personas. Veinte autores facilitan la entrada a su templo privado, comparten sus dedicatorias, preferencias, géneros preferidos, secretos para mantener el orden (o el desorden) Clásicos, cómic, cine… La amena variedad de propuestas y confesiones se cierra en cada capítulo con una triple recomendación. Un viaje apasionante que culmina con la emoción de reencontrarse con Delibes, el único con el que lamentablemente ya no puede entrevistarse, pero vivo a través de su colección inmortal ordenada por editoriales. Escrito a mano en primera instancia y acompañado de fotografías realizadas por el propio autor, el recorrido se convierte en una joya imprescindible e ideal para disfrutar, regalar, compartir, reflexionar…
Jesús Marchamalo satisfizo su curiosidad lectora con una serie de visitas a las bibliotecas de famosos escritores recogidas en el diario ABC, en los suplementos literarios de otros periódicos como El Norte de Castilla y en la obra Donde se guardan los libros. La editorial Siruela, responsable de aquella propuesta, y la Fundación Miguel Delibes coeditan una nueva gira por esos espacios íntimos y personales que ayudan a conocer mejor a las personas. Veinte autores facilitan la entrada a su templo privado, comparten sus dedicatorias,... Seguir leyendo
Los reinos de papel
A finales de 2007 empecé a publicar en el suplemento cultural del diario ABC el que, con el tiempo, ha sido uno de mis proyectos más exitosos y con el que, de una manera persistente, se me asocia. Se titulaba «Bibliotecas de autor» y, durante algo más de año y medio, me permitió visitar las bibliotecas de algunos de los escritores a los que más admiro, y recorrer con ellos ese universo suyo, tan singular siempre, de obsesiones y secretas manías con los libros, autores y lecturas. El inspector de bibliotecas me bautizó con poético acierto, no exento de una ironía sutil, Antonio Gamoneda.