Una cruel y caprichosa princesa atemoriza a sus siervos con sus insólitas peticiones. Muy aficionada a los pájaros, su última ocurrencia consiste en pedir ejemplares de las más recónditas especies. Todo aquel que no satisface sus deseos, ¡zas!, muere decapitado. A la vez que nos sumergimos en la lectura de esta terrible leyenda, contada con frecuentes y sugerentes cambios en la tipografía, caemos hipnotizados por el despliegue ilustrado que acompaña la historia. Una colección de láminas de grandes dimensiones que retratan las más bellas, exóticas y enigmáticas aves a todo color. El cuento deja el final abierto, sometido a los juicios de rumores y habladurías, pero con la certeza de haber disfrutado de todo un espectáculo narrativo y visual.
El álbum trae como complemento una colección de pájaros de Carll Cneut para dibujar, pintar y colorear que harán las delicias de los pequeños de la casa.
Una cruel y caprichosa princesa atemoriza a sus siervos con sus insólitas peticiones. Muy aficionada a los pájaros, su última ocurrencia consiste en pedir ejemplares de las más recónditas especies. Todo aquel que no satisface sus deseos, ¡zas!, muere decapitado. A la vez que nos sumergimos en la lectura de esta terrible leyenda, contada con frecuentes y sugerentes cambios en la tipografía, caemos hipnotizados por el despliegue ilustrado que acompaña la historia. Una colección de láminas de grandes dimensiones que... Seguir leyendo
La pajarera de oro
La hija del emperador se llamaba Valentina y era insoportable.
Tenía trescientos noventa pares de zapatos,
ochocientos doce sombreros,
cincuenta cinturones de cola de serpiente,.
Pero lo que más le gustaba de todo eran los pájaros.
Era dueña de ciento una pajareras, tan grandes que se podía vivir dentro.
En cada pajarera había pájaros de colores tan hermosos, de formas tan raras,
que los embajadores acudían desde la otra punta del mundo para visitar aquel jardín maravilloso.