Grrr, grrr... Parece que es lo único que sabe decir Kosonen, un conductor de tranvía en la ciudad de Helsinki. El protagonista es un hombre con mujer e hijos que vive una existencia monótona pero que tiene sueños que le hacen sonreír. Hoy es un día de otoño con viento y en el cielo se divisan muchos gansos, están empezando a emigrar. Nunca hubiera imaginado que podría pasarle algo así pero sucede y sonríe. Una historia singular, que funde fantasía y realidad, en la que texto e imagen van a la par y se complementan a la perfección. El lector sentirá la angustia de los pasajeros del tranvía, percibirá el carácter solitario de Kosonen e incluso volverá a releer el relato para percibir detalles que en un primer contacto no ha tenido en cuenta.
Grrr, grrr... Parece que es lo único que sabe decir Kosonen, un conductor de tranvía en la ciudad de Helsinki. El protagonista es un hombre con mujer e hijos que vive una existencia monótona pero que tiene sueños que le hacen sonreír. Hoy es un día de otoño con viento y en el cielo se divisan muchos gansos, están empezando a emigrar. Nunca hubiera imaginado que podría pasarle algo así pero sucede y sonríe. Una historia singular, que funde fantasía y realidad, en la que texto e imagen van a la par y se... Seguir leyendo
Los gansos
— Grrr... —se despide de sus compañeros el conductor de tranvía Kosonen. Los deja entretenidos en conversaciones socorridas, de quita y pon (el tiempo malo; la maquinaria del uno vuelve a fallar; qué no daría yo por acertar la loto) y abandona la caseta de empleados de la compañía de transportes, en la estación de metro de Hakaniemi.