¿Puede una carta remover los sentimientos hasta el punto de conseguir que su lector empatice con personas de ideologías contrarías? Li Huan debe examinar la correspondencia de uno de los presos que viven en los barracones de un campo de concentración situado en un país indeterminado de Asia. Entre las misivas encuentra una historia que hace tambalear sus creencias, afines al régimen impuesto por el Partido del Gran Padre. Así, la palabra escrita se convierte en el mejor arma para derribar muros, los del entendimiento, y Wang Zhu, preso por sus pensamientos contrarios a la dictadura vigente, en una bella metáfora del amor a la literatura como bálsamo reparador ante cualquier falta de libertad. Escrito con una prosa rica y accesible, los contenidos se prestan a realizar un debate posterior (en la escuela, en un club de lectura, en un café…); por la gran cantidad de temas que se enarbolan en la trama.
¿Puede una carta remover los sentimientos hasta el punto de conseguir que su lector empatice con personas de ideologías contrarías? Li Huan debe examinar la correspondencia de uno de los presos que viven en los barracones de un campo de concentración situado en un país indeterminado de Asia. Entre las misivas encuentra una historia que hace tambalear sus creencias, afines al régimen impuesto por el Partido del Gran Padre. Así, la palabra escrita se convierte en el mejor arma para derribar muros, los del... Seguir leyendo
Las palabras heridas
La nieve era blanca.
Parecía lo más normal.
Pero ¿cuanto llevaba sin ver nieve blanca?
Era como si ya cayese sucia del cielo.
Sucia por las pisadas de las botas, por el silencio, el miedo y la desolación. Sucia porque era como si los propios pensamientos de unos y otros, soldados y prisioneros, la contaminaran.