Tradicionalmente los lobos aparecen formando parte de numerosas historias infantiles, pero seguro que nunca habías conocido una fábula en la que todos los personajes pertenecen a la misma especie. A lo largo del relato descubrimos un amplio catálogo de lobitos, esperando ser llamados para intervenir en algún nuevo cuento infantil. Pero mientras tanto ¿qué hacen? Conviven y se entretienen, cada uno a su manera, con aquello que más les gusta hacer, hasta que Tragón parece romper la aparente tranquilidad. La razón es imaginable: ¡tiene hambre! ¿Qué pueden comer? ¿Cómo pueden coordinarse para encontrar alimentos? El ilustrador Roger Olmos, Premio Lazarillo 2008, construye un escenario futurista, repleto de sugerentes detalles, en el que estos animales parecen moverse con toda naturalidad. La propuesta incluye un juego de búsqueda de errores comparando dos imágenes, contrapunto lúdico para complementar un texto fresco que posee la cadencia ideal para envolver al lector en un universo mágico en el que todo parece posible, cincelado con una ambientación onírica, para escapar de la realidad, construida codo con codo entre dos artistas únicos.
Tradicionalmente los lobos aparecen formando parte de numerosas historias infantiles, pero seguro que nunca habías conocido una fábula en la que todos los personajes pertenecen a la misma especie. A lo largo del relato descubrimos un amplio catálogo de lobitos, esperando ser llamados para intervenir en algún nuevo cuento infantil. Pero mientras tanto ¿qué hacen? Conviven y se entretienen, cada uno a su manera, con aquello que más les gusta hacer, hasta que Tragón parece romper la aparente tranquilidad. La razón es... Seguir leyendo
Un cuento lleno de lobos
Había una vez un cuento lleno de lobos. Había lobos grandes y lobos pequeños. Lobos dormidos y lobos despiertos. Lobos recién nacidos... y lobos que eran muy viejos. Había lobos de todos los colores: negros, azules, marrones… Había lobos con gafas y lobos con sombrero. Lobos que escribían cartas, lobos que jugaban al pañuelo y lobos que hacían pis sobre un hormiguero. ¡El cuento estaba lleno de lobos! En la página 6, Lobo Tragón comenzó a gritar: ¡Tengo mucha hambre! ¡Quiero cenar!