Allí, antes, había árboles, se escuchaba el cantar de los pájaros, el murmullo del río, las carreras de los zorros y los conejos entre la vegetación. Un lugar que el señor C encontró ideal para iniciar su gran proyecto. Donde había senderos ahora hay calles. La luz entre las hojas fue sustituida por la electricidad. Cerraron las madrigueras para inaugurar viviendas, comercios, gasolineras… En poco tiempo, en aquel lugar donde no parecía haber nada, creció una gran civilización y, sin embargo, un buen día la historia cambió de rumbo, solo hizo falta un pequeñísimo detalle… En esta bella parábola de estructura circular el autor denuncia, de forma sutil y elegante, el desorbitado crecimiento urbanístico, uno de los principales causantes de crisis económicas y de irreversibles daños a nuestro ecosistema, a través de sencillas pero cautivadoras imágenes que transforman lo que fue un bosque en inmensa ciudad y recrean el profético destino final del protagonista.
Allí, antes, había árboles, se escuchaba el cantar de los pájaros, el murmullo del río, las carreras de los zorros y los conejos entre la vegetación. Un lugar que el señor C encontró ideal para iniciar su gran proyecto. Donde había senderos ahora hay calles. La luz entre las hojas fue sustituida por la electricidad. Cerraron las madrigueras para inaugurar viviendas, comercios, gasolineras… En poco tiempo, en aquel lugar donde no parecía haber nada, creció una gran civilización y, sin... Seguir leyendo
Nada de nada
Al principio, no había nada.
Nada de nada.
Por supuesto, aquí o allí había algunos árboles.
Pero no era casi nada.
Aquí, había pájaros posados sobre las ramas,
un zorro, algunos conejos...
Casi nada.