Con motivo de la adaptación cinematográfica realizada por Steven Spielberg, se reedita en formato digital una de las obras que abrieron la senda del éxito a posteriores distopías en los primeros compases del siglo XXI. La novela cosechó un indiscutible éxito entre los jóvenes lectores y supuso una de las primeras propuestas que situaban a los videojuegos como protagonistas de una narración literaria. La trama se sitúa en el año 2044, el mundo se ha convertido en un lugar inhabitable, razón por la que la mayor parte de las personas pasan su tiempo sumergidos en Oasis, mucho más que un poderoso videojuego basado en la realidad virtual, al que se accede a través de unas consolas muy especiales. El creador del mismo acaba de fallecer y ha prometido una inmensa recompensa para aquella persona que sea capaz de encontrar un objeto oculto en el complejo mapa de esta realidad paralela.
Wade Watts, Parzival, un joven huérfano obsesionado con las series, las películas y los videojuegos, cree tener la llave para superar las distintas pruebas y retos que implica acceder a ese tesoro oculto. La obra está salpicada de citas a diferentes series, cómics, canciones, arcades y películas de la década de los ochenta, e incluso analogías con grandes películas encuadradas en el género de la ciencia ficción, desde Blade Runner hasta la saga Star Wars, pasando por conocidos comecocos que conquistaron a anteriores generaciones, como PacMan.
Con motivo de la adaptación cinematográfica realizada por Steven Spielberg, se reedita en formato digital una de las obras que abrieron la senda del éxito a posteriores distopías en los primeros compases del siglo XXI. La novela cosechó un indiscutible éxito entre los jóvenes lectores y supuso una de las primeras propuestas que situaban a los videojuegos como protagonistas de una narración literaria. La trama se sitúa en el año 2044, el mundo se ha convertido en un lugar inhabitable, razón por la... Seguir leyendo
Ready Player One
Quienes tienen mi misma edad recuerdan dónde estaban y qué hacían la primera vez que oyeron hablar del concurso. Cuando en el canal de vídeo apareció un flash informativo anunciando que James Halliday había muerto esa noche, yo me encontraba viendo dibujos animados en mi escondite.
No era la primera vez que oía hablar de Halliday, claro. Todo el mundo sabía quién era: el diseñador de videojuegos, el creador de Oasis, el ambicioso juego online que permitía la participación de muchísimos jugadores a la vez y que, gradualmente, había evolucionado hasta convertirse en la realidad virtual en la red más visitada a diario, tanto para hacer negocios como para comunicarse y divertirse.