Si hay una norma universal que favorece la comunicación entre los niños y niñas, independientemente del lugar en el que se encuentren, es la imaginación. Nico tiene un talento arrollador para captar las cosas que ocurren alrededor y plasmar los sentimientos que le producen en un trozo de papel. En su bloc de notas traza garabatos e ilustraciones que, a veces, son difíciles de interpretar para sus allegados. Cuando conoce a Iris, en plena mudanza, descubre rápidamente que se encuentra ante la mejor intérprete de sus obras con la que ha estado jamás. Los dibujos del protagonista trascienden de su cuaderno e invaden el álbum, en un extraordinario alegato a favor de la creatividad artística como herramienta vital para crecer en libertad y armonía. Un bello cuento, de cierto aire vintage, para lectores de cinco años que incita a coger las pinturas e imitar a su protagonista.
Si hay una norma universal que favorece la comunicación entre los niños y niñas, independientemente del lugar en el que se encuentren, es la imaginación. Nico tiene un talento arrollador para captar las cosas que ocurren alrededor y plasmar los sentimientos que le producen en un trozo de papel. En su bloc de notas traza garabatos e ilustraciones que, a veces, son difíciles de interpretar para sus allegados. Cuando conoce a Iris, en plena mudanza, descubre rápidamente que se encuentra ante la mejor intérprete de sus obras con la que ha... Seguir leyendo
NICO dibuja un sentimiento
A Nico le encantaba hacer dibujos.
Siempre llevaba consigo
una caja de lápices de colores
y un bloc de papel.
Porque dondequiera
que mirara veía
algo que lo inspiraba.