George no se conforma con observar lo que pasa alrededor. Sabe que la vida es maravillosa, que tiene la suerte de vivir en un espacio natural inigualable y que podría ser feliz simplemente pescando o haciendo las clásicas cosas de oso. Él es diferente y busca siempre algo más allá y que solo puede ofrecerle la lectura. Sin embargo no es comprendido en su entorno y olvida con facilidad su condición de animal “salvaje” a la hora de relacionarse con los demás. En consecuencia, pronto tendrá numerosos problemas hasta que conoce a Clementina y su madre. En el seno de esta familia obtendrá nuevos aprendizajes y desarrollará el maravilloso poder de la imaginación. Un relato sencillo y efectivo para introducir a los más pequeños en las bondades de la lectura a través de un simpático animal humanizado y sus relaciones con los humanos. El apartado gráfico, cálido y realista, alcanza su cénit en la secuencia en la que el oso irrumpe en la ciudad en busca de nuevas lecturas. Divertido y entrañable.
George no se conforma con observar lo que pasa alrededor. Sabe que la vida es maravillosa, que tiene la suerte de vivir en un espacio natural inigualable y que podría ser feliz simplemente pescando o haciendo las clásicas cosas de oso. Él es diferente y busca siempre algo más allá y que solo puede ofrecerle la lectura. Sin embargo no es comprendido en su entorno y olvida con facilidad su condición de animal “salvaje” a la hora de relacionarse con los demás. En consecuencia, pronto tendrá... Seguir leyendo
¡Los osos no leen!
Todos los días George se sentaba en un banco, en los confines del bosque y miraba a las colinas lejanas. Se hacía muchas preguntas sobre el mundo.
- "Oh, sí, que maravillosa es la vida", pensaba.
"Tralará, tralará"... ¿Pero eso es todo? ¿Todo todo?."