Lebrela no es solo una galga de cuerpo escuálido y mirada triste. En su delgadez esconde miles de ilusiones y deseos que algunos vecinos del barrio quieren llevar a buen puerto. Entre ellos, ¿por qué no competir en una carrera, de tú a tú, a los otros perros del lugar? Su entrenamiento va acorde a su personalidad: buenas lecturas y melodías para alimentar el espíritu y calmar la ansiedad. ¿Servirá todo esto para alcanzar su gran sueño? Los versos brotan como caricias en una sublime edición, un ejercicio sensual y elegante en el que la figura del can es protagonista absoluta. Desnuda de escenarios, descubrimos a la perra como símbolo de la concordia en una ciudad y como acicate para animar a todos los lectores a conseguir cualquier objetivo que se propongan. Texto e imagen se fusionan con sencillez en un poema escrito con amor y admiración por los animales.
Lebrela no es solo una galga de cuerpo escuálido y mirada triste. En su delgadez esconde miles de ilusiones y deseos que algunos vecinos del barrio quieren llevar a buen puerto. Entre ellos, ¿por qué no competir en una carrera, de tú a tú, a los otros perros del lugar? Su entrenamiento va acorde a su personalidad: buenas lecturas y melodías para alimentar el espíritu y calmar la ansiedad. ¿Servirá todo esto para alcanzar su gran sueño? Los versos brotan como caricias en una sublime edición, un ejercicio sensual... Seguir leyendo
Lebrela
De entre todos los galgos
de las calles del barrio,
la joven Lebrela
se moría de ganas de salir
en una carrera.
Y, aunque era muy joven y algo flacucha,
cada mañana,
con todas sus fuerzas;
apretaba el hocico,
saltaba de un brinco
y echaba a correr.