La vida de Abel es plácida y feliz, a menudo disfruta junto a su mujer de los pequeños placeres cotidianos, como un romántico picnic en plena naturaleza. Pero el destino a veces reparte cartas complicadas y hay que aprender a improvisar. Una súbita tormenta conduce a nuestro protagonista, el ratón dandi y carismático, a una isla en la que deberá sobrevivir con pocos recursos, al mismo tiempo que supera el dolor de encontrarse lejos de su amante y de sus amigos. Precisamente esa ausencia y algunos valores que el autor desliza en la trama, constituyen el impulso principal para luchar hasta el final. Una clase maestra de perseverancia y autoconfianza, escrita con la brillantez que caracteriza toda la obra de Steig, una de las grandes plumas de la LIJ norteamericana del siglo XX. Sus dotes como ilustrador, tanto para niños como para adultos, como demostró a lo largo de su carrera en diferentes medios, quedan reflejadas también en la historia, que adereza con una colección de estampas en blanco y negro en la que se aprecian los distintos obstáculos que el héroe debe protagonizar durante la aventura. Un clásico imperecedero que une a pequeños y mayores al calor de la mejor literatura.
La vida de Abel es plácida y feliz, a menudo disfruta junto a su mujer de los pequeños placeres cotidianos, como un romántico picnic en plena naturaleza. Pero el destino a veces reparte cartas complicadas y hay que aprender a improvisar. Una súbita tormenta conduce a nuestro protagonista, el ratón dandi y carismático, a una isla en la que deberá sobrevivir con pocos recursos, al mismo tiempo que supera el dolor de encontrarse lejos de su amante y de sus amigos. Precisamente esa ausencia y algunos valores que... Seguir leyendo
La isla de Abel
A principios del mes de agosto de 1907, año primero de su matrimonio, Abel y Amanda fueron de excursión al bosque que había a poca distancia de la ciudad donde residían. El cielo estaba nublado, pero Abel no creyó que fuera a ser tan desconsiderado como para ponerse a llover cuando a él y a su bella esposa les apetecía salir de paseo.