Cigarra siempre se ha dedicado a trabajar. Ha sacado sus tareas adelante con brillantez, aguantando los chaparrones, ignorando las discriminaciones, soportando los ninguneos, recibiendo tal vez alabanzas en secreto, pero siempre desde fuera de su equipo, donde solo es, y siempre será, un personaje que hace honor a su nombre. Pero todo tiene un límite y, próximo a la jubilación, decide subir a la azotea de su empresa para descubrir el verdadero sabor de la vida. Esta agria y efectiva crítica social retrata a la perfección escenas, exageradas pero que simbolizan situaciones reales, vividas por empleados en todo el mundo, profesionales honestos y apasionados por su labor, que pierden la motivación y se transforman en máquinas, soportando la paulatina eliminación de los sentimientos en beneficio de la productividad. Pisoteado por la indiferencia, abrumado por la actitud hostil de los compañeros, el personaje se despoja de sus sombras en un final inolvidable. Un nuevo proyecto de Shaun Tan, tal vez el autor que más ha revolucionado los cánones del álbum ilustrado en los últimos años, siempre con propuestas fieles a un particular estilo pictórico, orientadas especialmente a un perfil lector juvenil o adulto.
Cigarra siempre se ha dedicado a trabajar. Ha sacado sus tareas adelante con brillantez, aguantando los chaparrones, ignorando las discriminaciones, soportando los ninguneos, recibiendo tal vez alabanzas en secreto, pero siempre desde fuera de su equipo, donde solo es, y siempre será, un personaje que hace honor a su nombre. Pero todo tiene un límite y, próximo a la jubilación, decide subir a la azotea de su empresa para descubrir el verdadero sabor de la vida. Esta agria y efectiva crítica social retrata... Seguir leyendo
Cigarra
Cigarra trabaja en edificio alto.
Grabador de datos. Diecisiete años.
Sin bajas por enfermedad. Sin errores.
¡Tac, tac, tac!
Diecisiete años. Sin ascenso.