El latín provocó el nacimiento de las lenguas romances, ha influido en las palabras que intercambiamos los habitantes de medio mundo, ha sido lengua litúrgica en algunas religiones, formado parte de las clasificaciones científicas del reino animal y vegetal, contribuido a la creación de un léxico propio en campos como el Derecho y, por supuesto, nos ha dejado en herencia un gran acervo de citas y frases, recitadas y popularizadas en algunos casos por célebres personajes históricos. Mino Milani ejerce como recopilador de una interesante selección que complementa con otros 100 proverbios en la parte final de la obra, aliñados con las divertidas y poéticas composiciones gráficas de Sara Not, que actualiza conceptos y aplica su significado a nuestro tiempo. Este original ejercicio reivindica el valor de un lenguaje nacido mil años antes de Cristo, justo en un tiempo en el que asignaturas troncales como esta o el Griego parecen vivir un periodo de crisis en el aula, a pesar de su vital importancia, según señalan todos los expertos, en la formación humanística e intelectual de los jóvenes.
El latín provocó el nacimiento de las lenguas romances, ha influido en las palabras que intercambiamos los habitantes de medio mundo, ha sido lengua litúrgica en algunas religiones, formado parte de las clasificaciones científicas del reino animal y vegetal, contribuido a la creación de un léxico propio en campos como el Derecho y, por supuesto, nos ha dejado en herencia un gran acervo de citas y frases, recitadas y popularizadas en algunos casos por célebres personajes históricos. Mino Milani ejerce como recopilador de una... Seguir leyendo
Latin Lover. Frases latinas para todas las ocasiones
AD KALENDAS GRAECAS
En la antigua Roma las calendas indicaban el primer día de cada mes. De esa palabra deriva el sustantivo calendario, que es el sistema que divide el tiempo en períodos. Al parecer, el gran emperador romano Augusto utilizaba esta frase. Cuando uno de sus ministros le informaba, por ejemplo, de que una ciudad, un gobierno o un determinado ciudadano tenían una deuda con el imperio, exclamaba malhumorado: "¡Vaya, esos nos pagarán en las calendas griegas!"