La portentosa (y algo perversa) imaginación de Michaelis está fuera de toda duda. El juego del lobo es una extraña mixtura, a medio camino entre la novela de terror y la policiaca, que sin embargo utiliza códigos habituales de la narración realista orientada al público adolescente. La trama se sitúa en una ciudad universitaria, Tubinga, ubicada a orillas del río Neckar. A ella ha llegado Svenja para empezar una vida en solitario y estudiar Medicina. En la casa coincide con un niño que, por una serie de extrañas circunstancias, se quedará a vivir con ella, a pesar de que las extrañas actitudes del pequeño harían salir corriendo a cualquiera. El niño, bautizado como Nashville por la leyenda que luce en su camiseta, se convierte en el protegido de la joven, hasta que descubre una serie de asesinatos en los que todos los indicios apuntan que puede estar implicado. La obra incide especialmente en el universo emocional de aquellos jóvenes que empiezan a vivir en solitario y realizan los primeros descubrimientos en diversos campos. Un juego de relaciones que se alternan con los inquietantes y extraños acontecimientos que la escritora plantea y resuelve con brillantez. Curioso giro de tuerca en la narrativa juvenil.
La portentosa (y algo perversa) imaginación de Michaelis está fuera de toda duda. El juego del lobo es una extraña mixtura, a medio camino entre la novela de terror y la policiaca, que sin embargo utiliza códigos habituales de la narración realista orientada al público adolescente. La trama se sitúa en una ciudad universitaria, Tubinga, ubicada a orillas del río Neckar. A ella ha llegado Svenja para empezar una vida en solitario y estudiar Medicina. En la casa coincide con un niño... Seguir leyendo
Nashville o el juego del lobo
El cuchillo está afilado.
Un largo corte recorre la mano que lo sostiene: se lo hizo al probar la hoja. Sí, está afilado, lo suficiente. De eso se trata.
Él no gritará, no le dará tiempo.
Duerme.
Se le veía desde afuera, a través de la ventana.