Ya es de noche en la ciudad. El gran esqueleto, el pequeño esqueleto y el esqueleto perruno quieren divertirse, tras cada esquina hay múltiples escenarios donde pasarlo muy bien. Tal vez un rato en los columpios del parque, algún que otro susto a pequeños y mayores… Pero los planes no salen siempre como se imaginan y un pequeño “accidente” cambia el curso de la historia para hacerla ¡más divertida aún! Canciones, rimas, sobresaltos, nuevos amigos… La tiniebla es mucho más estimulante que lo que piensas. Adaptada con éxito a la televisión, la popular serie cautivó a los lectores a comienzos de la década de los ochenta y ha envejecido con mucha salud y alegría. Se trata de una propuesta apropiada para desterrar miedos infantiles e ideal para narrar en voz alta, gracias a sus constantes repeticiones y onomatopeyas, un jugoso e inventivo lenguaje que permite modular tonalidades y acentuar matices diferentes. Muchos papás y mamás de hoy recordarán aquel comienzo inquietante de sus infancias: “En una oscura, oscura colina, había una oscura, oscura ciudad…”
Ya es de noche en la ciudad. El gran esqueleto, el pequeño esqueleto y el esqueleto perruno quieren divertirse, tras cada esquina hay múltiples escenarios donde pasarlo muy bien. Tal vez un rato en los columpios del parque, algún que otro susto a pequeños y mayores… Pero los planes no salen siempre como se imaginan y un pequeño “accidente” cambia el curso de la historia para hacerla ¡más divertida aún! Canciones, rimas, sobresaltos, nuevos amigos… La tiniebla es mucho más... Seguir leyendo
¡Qué risa de huesos!
Así es como empieza esta historia
En una oscura, oscura colina,
había una oscura, oscura ciudad.
En la oscura, oscura ciudad,
había una oscura, oscura calle.
En la oscura, oscura calle,
había una oscura, oscura casa.
En la oscura, oscura casa,
había una oscura, oscura escalera.