Entre el aroma perfumado del viento se desarrolla esta historia de encuentro entre la vejez y la infancia en medio de un parque rodeado de guayacanes. La calma infinita de las tardes en que Don Jacobo pasaba sentado en el mismo escaño y Juan Fernando disfrutando de sus juegos infantiles, se ve irrumpida por la ausencia y el vacío que deja la muerte. Con imágenes poéticas este relato muestra cómo un niño afronta las respuestas a las preguntas más difíciles y de cómo el tiempo le ayudará a comprender el ciclo vital de la vida y el paso a la madurez.
Entre el aroma perfumado del viento se desarrolla esta historia de encuentro entre la vejez y la infancia en medio de un parque rodeado de guayacanes. La calma infinita de las tardes en que Don Jacobo pasaba sentado en el mismo escaño y Juan Fernando disfrutando de sus juegos infantiles, se ve irrumpida por la ausencia y el vacío que deja la muerte. Con imágenes poéticas este relato muestra cómo un niño afronta las respuestas a las preguntas más difíciles y de cómo el tiempo le ayudará a... Seguir leyendo
El perfume del viento
Venía al parque todas las tardes.
Era lento,
triste,
algo encorvado.
Delgado como el hilo
de las cometas.
Era viejo.
Don Jacobo
y su sombra,
su fina sombra.
Don Jacobo se sentaba en el escaño
más cercano a la estatua de Felipe II,
en la cima de la colina.
Sé por qué: la vista es única.
Me he sentado muchas veces
en ese mismo escaño.
Es como el sillón del rey,
y entonces todo el parque
se transforma en un reino.
Coronado de nubes,
señor de los árboles,
uno hasta se ríe solo.
Yo, Juan Fernando I,
rey de Titiribí,
caballero de la sombra del cuervo,
señor del patio de la luna,
guerrero de las colinas azules,
pintor de pájaros.