Pocos remedios más sanadores para cuerpo y alma que un buen abrazo. Por la mañana, a mediodía, por la noche…Útil y efectivo en cualquier momento del día. Papá Oso lo tiene bien claro y trata de inculcar esta idea a su hijo. Juntos, en su paseo por el bosque, van aplicando esta excelente metodología para la buena convivencia con todos los animales a los que se van encontrando: el castor, la comadreja, el alce… Incluso con el lobo, la anaconda y el guardabosques. Sin embargo, en ese caminar –tal vez absortos en las maravillas de la naturaleza- se han olvidado de poner en práctica esos afectos con los “más importantes”. Un dulce relato, ilustrado con candor y buen gusto, que culmina con el original primer plano de los protagonistas. La editorial, como es habitual en la colección Siruela Ilustrada, propone una ficha de lectura compartida descargable.
Pocos remedios más sanadores para cuerpo y alma que un buen abrazo. Por la mañana, a mediodía, por la noche…Útil y efectivo en cualquier momento del día. Papá Oso lo tiene bien claro y trata de inculcar esta idea a su hijo. Juntos, en su paseo por el bosque, van aplicando esta excelente metodología para la buena convivencia con todos los animales a los que se van encontrando: el castor, la comadreja, el alce… Incluso con el lobo, la anaconda y el guardabosques. Sin embargo, en ese caminar –tal vez absortos en las... Seguir leyendo
Dame un abrazo
Una mañana de primavera, justo cuando el sol comenzaba
a cepillarse los dientes, Papá Oso preguntó:
- Hijo mío, ¿sabes cuál es el mejor truco para tener un gran día?
El osito sonrió de oreja a oreja.
- Sí. ¡Tirarse rodando por nuestra pequeña loma!
Papá Oso lo levantó en el aire.
- ¡Ja, ja, ja! Efectivamente, eso ayuda. Pero el mejor truco de verdad es DARLE UN ABRAZO FUERTE A ALGUIEN