Pocas cosas despiertan más emoción, a cualquier edad, que una visita al acuario. Sumergirse junto a los animales más fascinantes del mundo marino permite dar rienda suelta a la imaginación. A través de los grandes ventanales se escuchan los ecos de leyendas insólitas, como la del poeta submarinista que se acercó demasiado al pez sierra. O las quejas del pulpo, cansado de que le sometan siempre a las mismas preguntas. Entre burbujas y estrellas de mar también surgen deseos imposibles (no todo el mundo está contento en el océano); viajeros ilustres y hasta juegos escondidos entre versos ingeniosos. Todo un catálogo de seres y escenas de compañeros de pecera que servirá como divertida guía para los próximos visitantes. Entre poema y poema brillan las ilustraciones de Carmen Fernández Agudo, casi todas ellas con un mismo eje conductor: la presencia de una misteriosa buceadora pelirroja que ejerce como guía de esta historia, finalista en la última edición del prestigioso Premio Internacional Ciudad de Orihuela.
Pocas cosas despiertan más emoción, a cualquier edad, que una visita al acuario. Sumergirse junto a los animales más fascinantes del mundo marino permite dar rienda suelta a la imaginación. A través de los grandes ventanales se escuchan los ecos de leyendas insólitas, como la del poeta submarinista que se acercó demasiado al pez sierra. O las quejas del pulpo, cansado de que le sometan siempre a las mismas preguntas. Entre burbujas y estrellas de mar también surgen deseos imposibles (no todo el mundo... Seguir leyendo
Tarde en el acuario
Consejos para la visita
No empañen con su vaho los cristales
ni dibujen corazones sobre el vidrio.
No miren fijamente a los corales
(enrojecen enseguida: son muy tímidos).
No arrojen comida a los animales
ni aunque lloren (¡ay, pobres cocodrílidos).