Mía quiere un gato, y cuando se empeña en salirse con la suya es capaz de llegar al límite. Ante la negativa de sus padres, que tratan de mostrar los inconvenientes y responsabilidades que conlleva el cuidado de un minino, la niña decide ejercer ella misma como mascota. Entierra su ropa, imita sus movimientos, maúlla en soledad, revoluciona la clase subiéndose a la pizarra y hace notar su nueva condición en el vecindario. Hasta conseguir “enternecer” el corazón de los progenitores que sucumben a sus deseos. O al menos eso es lo que ellos pensaban… El sello inconfundible del veterano artista británico brilla en plenitud tanto en el aspecto gráfico, repleto de giros y detalles talentosos, como en la confección de la trama, divertida y muy dinámica. Una protagonista imaginativa y especial que se une a la larga lista de personajes acuñados por Ross.
Mía quiere un gato, y cuando se empeña en salirse con la suya es capaz de llegar al límite. Ante la negativa de sus padres, que tratan de mostrar los inconvenientes y responsabilidades que conlleva el cuidado de un minino, la niña decide ejercer ella misma como mascota. Entierra su ropa, imita sus movimientos, maúlla en soledad, revoluciona la clase subiéndose a la pizarra y hace notar su nueva condición en el vecindario. Hasta conseguir “enternecer” el corazón de los progenitores que... Seguir leyendo
Quiero un gato
Mía quería un gato.
Todos sus amigos
tenían un animal de compañía.
Algunos, grandes, y otros,
bastante más pequeños.
Pero Mía no tenía nada, ni un pez,
y se sentía muy desgraciada.