El capítulo introductorio de esta nueva saga, firmada por una autora que ha obtenido con anterioridad grandes éxitos en Estados Unidos, está ambientado en el París de finales del siglo XIX, cuando la ciudad estaba sumida en un imparable crecimiento. Una banda de ladrones compuesta por Séverin, personaje de noble cuna aún resentido por haber sido despojado de los beneficios que disfruta la élite en la que nació; Enrique, Laila, Tristán y Zofia, tiene como objetivo robar un objeto de gran valor, pero en su planificación no han contado con elementos ajenos a la realidad. Sucesos mágicos que se convertirán en trabas importantes que pueden destrozar el plan inicial y que les introduce en una aventura fantástica. La trama homenajea a las mejores historias de pandillas. Destaca la construcción de los personajes, la adecuada recreación de la sociedad de entonces (desde las costumbres hasta la vestimenta de los protagonistas); y un frenético argumento que arranca con mucha fuerza y se mantiene gracias a la maestría narrativa de la autora, capaz de insuflar tensión y misterio en cada capítulo. El lector se ve abocado a seguir un sorpresivo camino repleto de enigmas en el que se aprecia una buena documentación previa por parte de Chokshi.
El capítulo introductorio de esta nueva saga, firmada por una autora que ha obtenido con anterioridad grandes éxitos en Estados Unidos, está ambientado en el París de finales del siglo XIX, cuando la ciudad estaba sumida en un imparable crecimiento. Una banda de ladrones compuesta por Séverin, personaje de noble cuna aún resentido por haber sido despojado de los beneficios que disfruta la élite en la que nació; Enrique, Laila, Tristán y Zofia, tiene como objetivo robar un objeto de gran valor,... Seguir leyendo
Los Lobos de Oro
La matriarca de la Casa Kore llegaba tarde a cenar. Normalmente, ser puntual le daba bastante igual. La puntualidad, con su impropio tufillo a impaciencia, era para los campesinos. Y ni ella era una campesina ni estaba impaciente por vivir el sufrimiento de ir a comer con el mestizo heredero de la Casa Nyx.
- ¿Por qué tarda tanto mi carruaje? -gritó en el recibidor.
Si llegaba demasiado tarde, provocaría todo tipo de rumores. Y los rumores eran aún mucho más molestos e impropios que la puntualidad.