La vida de los niños a veces está demasiado cuadriculada y organizada, dejando poco espacio para la libertad. Cada día, Luna regresa de la escuela pensando en la cantidad de actividades pendientes por hacer. Cansada de la rutina busca soluciones en los libros, pero solo las encuentra al observar, en la oscuridad de la noche, una estrella fugaz. Esa señal incita a la pequeña a salir a recorrer el bosque y vivir en primera persona experiencias y sentimientos que, hasta entonces, solo había imaginado. El contacto con los lobos, la observación de sus costumbres, los sonidos que brotan entre la floresta, la luz mágica de las estrellas…. El aprendizaje servirá a la protagonista para afrontar cada jornada con un nuevo espíritu. Un álbum ilustrado que ayuda al pequeño lector a forjar su personalidad y abre un paréntesis “salvaje” a su día a día, recordando a padres e hijos la necesaria parcela de libertad y contacto con la naturaleza que los niños y niñas deben poseer para crecer felices. La propuesta gráfica está cimentada en poéticas estampas con abundantes primeros planos de los personajes y detalla con gracia y estilo las escenas –por momentos casi coreografías- que vive junto a la manada.
La vida de los niños a veces está demasiado cuadriculada y organizada, dejando poco espacio para la libertad. Cada día, Luna regresa de la escuela pensando en la cantidad de actividades pendientes por hacer. Cansada de la rutina busca soluciones en los libros, pero solo las encuentra al observar, en la oscuridad de la noche, una estrella fugaz. Esa señal incita a la pequeña a salir a recorrer el bosque y vivir en primera persona experiencias y sentimientos que, hasta entonces, solo había imaginado. El contacto con... Seguir leyendo
Luna
Cada día, Luna volvía andando de la escuela, pensando en cómo le había ido el día.
Siempre había un montón de cosas que hacer.
"Cosas que hay que hacer:
- Deberes
- Ordenar mi habitación
- Clase de trompeta
- Entreno de fútbol
- Clase de mates
- Más y más cosas
- Bla, bla, bla