La hermana de Kevin le ha dejado un vestido para la gran función de fin de curso en el colegio. Nuestro protagonista ya supone que habrá algunos comentarios a su espalda, pero cree firmemente en la propuesta y no cambiaría de idea por nada del mundo. Le parece original y divertida, y no puede entender qué hay de malo en convertirse en una princesa: ¿acaso alguien dice algo a las chicas que se convierten, por ejemplo, en vaqueros? Y a las que se transforman en… ¿dragones? Esta divertida premisa sirve como hilo conductor para narrar las situaciones que tienen lugar en la fiesta de disfraces y cómo la personalidad de los personajes principales puede más que absurdos tópicos y prejuicios. Una inteligente apuesta por la ruptura de estereotipos ilustrada con mucho humor por el siempre acertado artista francés Roland Garrigue, que puebla de color y alegría cada uno de los pasajes que componen este libro ilustrado cuya temática contribuye a reivindicar la igualdad y libertad como valores fundamentales.
La hermana de Kevin le ha dejado un vestido para la gran función de fin de curso en el colegio. Nuestro protagonista ya supone que habrá algunos comentarios a su espalda, pero cree firmemente en la propuesta y no cambiaría de idea por nada del mundo. Le parece original y divertida, y no puede entender qué hay de malo en convertirse en una princesa: ¿acaso alguien dice algo a las chicas que se convierten, por ejemplo, en vaqueros? Y a las que se transforman en… ¿dragones? Esta divertida premisa sirve como hilo... Seguir leyendo
Princesa Kevin
Kevin es una princesa.
Y le importa un pimiento que los demás se burlen de él.
Kevin es una princesa, y punto.
Su hermana le ha dejado un vestido,
unos zapatos de tacón y algunos abalorios.
A su madre le ha cogido prestado el maquillaje,
y ahora Kevin es una princesa.
La verdad es que no entiende qué hay de malo en disfrazarse de princesa.