Editada por primera vez en 2012, el éxito de una historia que ha enamorado a lectores adolescentes de todas las latitudes ha provocado una reedición especial que contiene, entre otros extras, una entrevista con la escritora, publicista, especialista en efectos especiales y cantante, Beigh Bardugo. Espoleada por su condición de autora superventas, nos regala una versión completa del texto que se abre con el habitual mapa para delimitar las fronteras del mundo fantástico en el que se desarrolla la trama. La trilogía se abre contando los primeros lances en la vida de Alina. Criada en orfandad, creció en compañía de Mal, junto al que compartió campañas en la First Army, un regimiento que debe enfrentarse a poderosas amenazas. En una de las batallas consigue salvar a su fiel amigo gracias a una inesperada virtud que provocará un complejo proceso de autoconocimiento. Su habilidad genera el interés del Darkling provocando que la realeza se interese en sus poderes e invite a la joven a perfeccionar esas habilidades para ingresar en el cuerpo de magos. Con claras influencias de la mitología clásica, la autora ha sabido impregnar de un halo magnético a los personajes, que confluyen en una trama seductora repleta de giros y sorpresas adictivas, así como un plantel de protagonistas carismáticos. Sin embargo, a pesar de esa perfecta ambientación, el lector puede encontrar, por momentos, algunos lugares comunes en este tipo de proyectos, nada que preocupe en exceso a los amantes de la fantasía.
Editada por primera vez en 2012, el éxito de una historia que ha enamorado a lectores adolescentes de todas las latitudes ha provocado una reedición especial que contiene, entre otros extras, una entrevista con la escritora, publicista, especialista en efectos especiales y cantante, Beigh Bardugo. Espoleada por su condición de autora superventas, nos regala una versión completa del texto que se abre con el habitual mapa para delimitar las fronteras del mundo fantástico en el que se desarrolla la trama. La trilogía se... Seguir leyendo
Sombra y hueso
Los criados los llamaban malenchki, "pequeños fantasmas", porque eran los más jóvenes y menudos, pero también porque vagaban por la casa del duque como espectros risueños; entraban y salían de las habitaciones a la carrera, se ocultaban en los armarios para escuchar a escondidas y se colaban en la cocina para robar los últimos melocotones del verano.