El genial autor norteamericano William Joyce (galardonado incluso con un Oscar por su trabajo en la película de animación The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore); encaja las piezas definitivas del puzle que constituye la larga, y adictiva, saga Los Guardianes con este libro, el quinto y, previsiblemente, último capítulo. El lector que ha seguido desde los primeros lances esta historia que arrancó con Nicolás San Norte y la batalla contra el Rey de las Pesadillas, ha podido disfrutar de la evolución de los personajes (crecieron, lucharon, amaron, sufrieron transformaciones impensables); hasta el momento actual. El ritmo de la trama impide perderse en sus recovecos, con un argumento repleto de sorpresas, pasajes oscuros y escenarios nacidos de una imaginación en estado de gracia (adaptados a la gran pantalla por Dreamworks) Cien años después del encuentro entre los Guardianes y el malvado Pitch, no han podido detener sus aviesas intenciones. Jack Frost intenta asumir una nueva identidad mientras el peligro del antagonista sobrevuela a los personajes principales una vez más. El epilogo de la saga desvela si, finalmente, estamos ante la oportunidad de poner punto final a la Edad Oscura. Emocionante y conmovedor, como la colección de ilustraciones que aporta el propio autor, diseñadas en carboncillo y posterior retoque digital. La edición incluye un doble color de páginas en blanco y negro. Descubre aquí las reseñas de los anteriores libros de esta pentalogía.
El genial autor norteamericano William Joyce (galardonado incluso con un Oscar por su trabajo en la película de animación The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore); encaja las piezas definitivas del puzle que constituye la larga, y adictiva, saga Los Guardianes con este libro, el quinto y, previsiblemente, último capítulo. El lector... Seguir leyendo
Los Guardianes. Libro quinto. Jack Escarcha. El final es el principio
El día de Nochebuena era el preferido de Jack. Y, durante aproximadamente la última década, había disfrutado de este día en su lugar predilecto: su árbol.
El árbol de Jack era el más antiguo de Central Park. Mil personas, quizá más, pasaban a su lado a diario y llevaban haciéndolo desde hacía muchos años, pero nadie sabía que Jackson Terrenal Escarcha pasaba temporadas en su interior.