Las estrellas han intrigado a la humanidad desde el comienzo de los tiempos. Como en uno de esos nocturnos que cuelgan de los muros de las más prestigiosas galerías de arte, Miren Asiain introduce esta dulce historia a través de una panorámica de gran belleza en la que representa el atardecer sobre varios núcleos rurales. En uno de aquellos pueblos reside el oso y su hijo, personajes antropomórficos que nos enseñan la habitación del más pequeño de la casa, llena de simpáticos detalles que resultarán familiares a los lectores infantiles. Dispuestos a llevar a cabo el gran sueño de atrapar una de esas maravillosas estrellas fulgurantes que iluminan el momento de ir a dormir, deciden emprender una compleja misión que les llevará hasta el cerro más alto, lugar desde el que pueden tener más posibilidades de capturar una que libere de temores al osezno para toda la vida. Los autores plasman el amor incondicional que sienten los padres por sus hijos, capaz de llevarles a emprender aventuras imposibles, al mismo tiempo que esbozan, con la enseñanza final, el lugar donde con toda seguridad reside la luz de cada familia. La obra concede gran protagonismo al plano gráfico, con imágenes cautivadoras entre las que desfilan cuartetos y estrofas de ocho versos con rima consonante, firmadas por la autora y editora británica Katie Cotton, responsable de obras como Las cuatro estaciones en un día o Contar leones.

Las estrellas han intrigado a la humanidad desde el comienzo de los tiempos. Como en uno de esos nocturnos que cuelgan de los muros de las más prestigiosas galerías de arte, Miren Asiain introduce esta dulce historia a través de una panorámica de gran belleza en la que representa el atardecer sobre varios núcleos rurales. En uno de aquellos pueblos reside el oso y su hijo, personajes antropomórficos que nos enseñan la... Seguir leyendo