Rodari juega a provocar al lector a partir de un hilo argumental basado en errores ortográficos y gramaticales. La solución para superar todos ellos es aplicar el mejor humor, y para ello es fundamental sumergirse en las palabras, descubrir sentidos y matices escondidos entre las mismas, perderse entre las letras para reclamar el derecho a equivocarse. Porque errar es humano y las equivocaciones son necesarias, útiles y hasta pueden ser hermosas. Gazapos en verso, en prosa, en cuentos o convertidas en adivinanzas, dispuestos en tres apartados: “Errores para un lápiz rojo”, “Errores de pensar poco” y “A buscar el error”; e ilustrados desde la mirada certera y sencilla de Armellini, fiel a un catálogo en el que siempre aparece reflejado el mundo animal. Un libro para niños, pero también para adultos que no perdonan un desliz, con el que seguimos festejando el Año Rodari, en el centenario de su nacimiento.
Rodari juega a provocar al lector a partir de un hilo argumental basado en errores ortográficos y gramaticales. La solución para superar todos ellos es aplicar el mejor humor, y para ello es fundamental sumergirse en las palabras, descubrir sentidos y matices escondidos entre las mismas, perderse entre las letras para reclamar el derecho a equivocarse. Porque errar es humano y las equivocaciones son... Seguir leyendo
El libro de los errores
Había una vez una mujer (un hombre) que soñaba con leerse el diccionario de cabo a rabo. “Qué sueño tan tonto”, decía uno. “Eso es muy difícil”, dijo otro. “Yo prefiero los atlas porque tienen más imágenes”, añadió un tercero.
Ese hombre (esa mujer) seguía soñando con leerse el diccionario al menos de pe a pa, es decir, hacia atrás, pues siempre resulta más divertido alterar el orden de las cosas.