La vida de Lázaro fue, desde los primeros compases, un “barco sin rumbo” Obligado por trágicas circunstancias a subsistir cambiando de “protector” cada poco tiempo, se convierte en un pícaro, nunca en un ladrón o criminal a pesar de que tenga que realizar algunas fechorías. Es un héroe atemporal que subsiste a base de ingenio proyectado siempre para no herir a los débiles. Los autores retoman sus célebres andanzas para entroncar su realidad con la que sufren miles de personas en la actualidad en diferentes lugares del mundo, a pesar de los siglos que han pasado. Lazarillos sigue habiendo y habrá, basta con mirar alrededor en el paseo diario; cada uno de sus amos refleja un estatus diferente, y su colección de desventuras y adversidades toman nuevo valor con la representación gráfica de Luis San Vicente, que sintetiza en unas pocas imágenes las penurias del protagonista para convertir la novela inmortal en álbum ilustrado. El mismo equipo transformó el hilo argumental de Don Quijote de la Mancha en otra versión para niños hace unos años.
La vida de Lázaro fue, desde los primeros compases, un “barco sin rumbo” Obligado por trágicas circunstancias a subsistir cambiando de “protector” cada poco tiempo, se convierte en un pícaro, nunca en un ladrón o criminal a pesar de que tenga que realizar algunas fechorías. Es un héroe atemporal que subsiste a base de ingenio proyectado siempre para no herir a los débiles. Los autores retoman sus célebres andanzas para entroncar su realidad con la que sufren miles de personas en... Seguir leyendo
Lazarillo
Lazarillo nació en un río. Su vida transcurrió entre hambre, miedo y trabajo.
Como un barco a la deriva, como una estrella sin luz.
Aún quedan muchos lazarillos en el mundo.