Cuando falleció el molinero su hijo pequeño tan sólo recibió un gato como herencia, sin embargo pronto pudo comprobar la suerte que en realidad había tenido, porque aquel no era un minino como los demás. El muy astuto convirtió a su dueño en el marqués de Carabás, y de ahí a presentarle ante el rey hubo un simple y pequeño paso. Pero todavía se atrevió a más... ¿Recuerdas esta historia? Fondo de Cultura Económica rescata el célebre y divertido cuento de Perrault en una mimada edición en formato álbum, bastante fiel al texto original. El artista mexicano Gabriel Pacheco (nominado a los premios Astrid Lindgren y H.C. Andersen), aporta un oscuro y elegante lirismo con su excepcional trabajo gráfico, escenografías y personajes a la altura de uno de los relatos clásicos más populares, constante fuente de inspiración para todo tipo de artistas y adaptado a otros formatos en múltiples ocasiones.
Cuando falleció el molinero su hijo pequeño tan sólo recibió un gato como herencia, sin embargo pronto pudo comprobar la suerte que en realidad había tenido, porque aquel no era un minino como los demás. El muy astuto convirtió a su dueño en el marqués de Carabás, y de ahí a presentarle ante el rey hubo un simple y pequeño paso. Pero todavía se atrevió a más... ¿Recuerdas esta historia? Fondo de Cultura Económica rescata el... Seguir leyendo
El gato con botas
Un molinero dejó como única herencia a sus tres hijos el molino, un burro y un gato. Las partes se dividieron sin dudar. [...] El mayor se quedó con el molino, al mediano le tocó el burro y el pequeño tuvo que conformarse con el gato. El hermano menor no hallaba consuelo a su mala suerte:
–Mis hermanos –se lamentaba– podrán ganarse la vida honradamente si juntan sus pertenencias. Yo, en cambio, después de comerme el gato y de hacerme un manguito con su piel, me moriré de hambre.