Cansada de sufrir los inconvenientes que acarrea ser bajita (a pesar de provenir de una familia que no se caracteriza por ese rasgo), la protagonista de esta historia diseña un “diabólico” plan para repetir curso y, de esta forma, estar en la media e incluso ser la más alta de la clase. A lo largo de las primeras páginas, Carlota explica todos los problemas que conlleva su baja estatura y los lectores advertimos, rápidamente, que el carácter de la joven es un tanto especial, malhumorada y desafiante ante las preguntas de los demás. Para llevar a cabo su estrategia debe superar un “pequeño” hándicap: ¿cómo convertirse en la peor estudiante cuando tu nota media posiblemente sea la mejor del colegio? Con grandes dosis de humor, la autora dibuja una trama en la que subyacen temas muy importantes como la igualdad de género en el ámbito escolar, o la necesaria aceptación de nosotros mismos, con nuestras virtudes y defectos, para no tener nunca problemas de autoestima e ignorar los posibles comentarios malévolos y actitudes malintencionadas. La obra constituye la segunda incursión en el género de la literatura infantil y juvenil de la ilustradora (la primera en el formato novela), Sara Fernández, que en esta ocasión está acompañada de los dibujos, en blanco y negro diseñados por Daniel Jiménez, escenas que plasman con un estilo cercano al de autores como Michel Rabagliati o rasgos de la corriente ligada a la "línea clara", las distintas peripecias que vive la niña.
Cansada de sufrir los inconvenientes que acarrea ser bajita (a pesar de provenir de una familia que no se caracteriza por ese rasgo), la protagonista de esta historia diseña un “diabólico” plan para repetir curso y, de esta forma, estar en la media e incluso ser la más alta de la clase. A lo largo de las primeras páginas, Carlota explica todos los problemas que conlleva su baja estatura y los lectores advertimos, rápidamente, que el carácter de la joven es un tanto especial, malhumorada y desafiante ante... Seguir leyendo
Ser bajita es un rollo
Esta mañana nos han hecho la foto de fin de curso. Y otra vez me ha tocado estar en primera fila y cerca de la Plómez. Todos los años igual. Es injusto que, porque sea la más bajita de clase, me toque siempre delante, y siempre al lado de la profe. Ella dice que es para que no me tapen y que además soy monísima y que le gusta rodearse de cosas bonitas, y que por eso. Pues si tanto quiere una mascota, que se compre un mono, pero que me deje en paz. Que llevo así desde primero.