Émile Bravo señalaba en la reciente entrevista que concedió a Canal Lector que "Mucha gente interpreta la línea clara como si fuera una escuela gráfica, pero no es eso, es un dibujo al servicio de una historia”. Ese concepto lo lleva a su máxima expresión en la serie que protagoniza la pareja Spirou y Fantasio, dos personajes que a pesar de sus 82 años (las primeras aventuras, creadas por Rob-Vel, datan de 1938); se mantienen en plena forma gracias a las nuevas andanzas que diversos ilustradores contemporáneos de renombre están creando para disfrute de aficionados (y no aficionados) a la saga. En su ambiciosa tetralogía, Bravo consigue plasmar aquellos días oscuros en los que el ejército nazi invadió paulatinamente buena parte de Europa, ejerció su terrorífica represión y asesinó a millones de inocentes, con tramas y subtramas ligadas al género noir, hiladas a base de ilustraciones realistas y escenas que recuerdan el universo tintinesco, primo-hermano de esta genial serie paralela durante los mejores años de la producción clásica franco-belga; y que están claramente emparentadas con el legado de Andre Franquin, que consiguió darle mayor proyección. Cada viñeta es un universo de matices, cada página un delicado mapa de situaciones, estampas y diálogos con sabor a clásico… Como en una buena película de espías ambientada en el segundo gran conflicto bélico del siglo XX, hay estaciones de tren, figuras amenazantes (extraordinaria la representación del terror que ejercían los soldados a base de planos parciales); y, por supuesto, buenas dosis de valentía, amor y amistad. Sin trabajo, asfixiados en un país sometido a la apisonadora alemana y tras comprobar que la escapatoria tramada por Fantasio era, en realidad, un pasaporte hacia la desgracia, deciden sumarse a una gira por Bélgica como titiriteros. En ese camino descubren el profundo antisemitismo inoculado en la sociedad, el sinsentido de la guerra, la división interna que resquebraja la convivencia (colaboracionistas vs resistencia); es la chispa definitiva para sumarse a la lucha contra el invasor. Todos los caminos están abiertos para el siguiente episodio, al que miles de lectores esperan con impaciencia. Aunque fuera solo por eso, Bravo habría conseguido ya entrar en la historia reciente del cómic con su homenaje imprescindible.

Émile Bravo señalaba en la reciente entrevista que concedió a Canal Lector que "Mucha gente interpreta la línea clara como si fuera una escuela gráfica, pero no es eso, es un dibujo al servicio de una historia”. Ese concepto lo lleva a su máxima expresión en la serie que protagoniza la pareja Spirou y Fantasio, dos personajes que a pesar de... Seguir leyendo