Melvina destierra una creencia muy arraigada en la preadolescencia: a lo mejor crecer deprisa no tiene tantas ventajas. Es un momento irrepetible y hay que saborear todas las posibilidades que ofrece. Es verdad que, a veces, los padres no escuchan todo lo que deberían y muchos se sienten incomprendidos a esa edad, al menos es lo que le pasaba a la joven protagonista de esta historia. Un atardecer oye una conversación de sus padres y adivina que pronto tendrá que afrontar un nuevo cambio sobre el que no ha sido consultada. Justo en ese momento su mascota, el gato Octavio, se escapa por la ventana. Al salir tras él, sorteando el peligro de andar por los tejados, termina casualmente en una extraña reunión a la que asisten un anciano y un trío de animales humanizados que charlan y beben té. Su inesperada aparición es toda una revelación: ella es la elegida para redimir el destino de Masacá, mundo imaginario en el que deberá derrotar al terrible Malcape. Otto encauza su travesía que confirma en la protagonista las bondades de vivir el momento presente con la máxima pasión. El proyecto se cimienta sobre los sentimientos que la propia autora sintió a la edad de la protagonista, cuando perdió a su abuelo y comenzó el camino hacia la adultez. A través de mágicas aventuras aborda el paso de etapa y toda la tormenta de emociones que implica. La evolución del estilo gráfico empleado y de todo el proceso creativo, desde el bocetaje hasta el coloreado, puede apreciarse en los bosquejos que se ofrecen en la parte final de la obra, momento en el que la autora italiana comparte también algunas curiosidades sobre su génesis y desvela algunos de los escenarios y objetos mágicos de los que se citan en la aventura con más detenimiento. Una novela gráfica de corte fantástico, con aroma de autores clásicos como L. F. Baum, Ende, Dahl o Carroll, que seduce tanto a los adolescentes como a los adultos aficionados al fantasy.
Melvina destierra una creencia muy arraigada en la preadolescencia: a lo mejor crecer deprisa no tiene tantas ventajas. Es un momento irrepetible y hay que saborear todas las posibilidades que ofrece. Es verdad que, a veces, los padres no escuchan todo lo que deberían y muchos se sienten incomprendidos a esa edad, al menos es lo que le pasaba a la joven protagonista de esta historia. Un atardecer oye una conversación de sus padres y adivina que pronto tendrá que afrontar un nuevo cambio sobre el que no ha sido consultada. Justo en ese... Seguir leyendo
Melvina
- Llevamos tan poco tiempo aquí...
- Lo sé..., pero ¿qué quieres que haga? ¿Rechazar el ascenso?
- Melvina se está haciendo mayor y tiene sus necesidades, ¿no...?
- ¿No qué?
- ¿No serán demasiados cambios para ella?
- Cariño, Melvina es una niña inteligente y lo entenderá...
- No quiero que sufra otra vez.