El robot Pong reside en el campo, la vida allí es tranquila y apacible junto a su fiel amiga Camila, sin embargo el médico de cabecera le dice lo mismo en cada revisión: “Tu pecho no hace PUM PUM. No tienes corazón”. ¿Cómo es posible vivir así sintiendo las cosas que él nota en su día a día en la naturaleza? Dispuesto a cambiar ese aséptico y, a su juicio, erróneo diagnóstico, tiene una singular idea, muy ligada a las emociones y afectos hacia la familia de su compañera de juegos. Primeros planos, combinación de tipografías realizadas en diversos modelos de lettering y personajes y escenas que beben del estilo gráfico de la publicidad de mediados del siglo XX o del cartoon, acompañan este dulce y sensible relato, una historia de amor y amistad para pequeños lectores también adecuada para ser narrada en voz alta.

El robot Pong reside en el campo, la vida allí es tranquila y apacible junto a su fiel amiga Camila, sin embargo el médico de cabecera le dice lo mismo en cada revisión: “Tu pecho no hace PUM PUM. No tienes corazón”. ¿Cómo es posible vivir así sintiendo las cosas que él nota en su día a día en la naturaleza? Dispuesto a cambiar ese aséptico y, a su juicio, erróneo diagnóstico, tiene una singular idea, muy ligada a las emociones y afectos hacia la familia de... Seguir leyendo