Recientemente hablábamos de la selección que la emblemática revista Publishers Weekly había realizado con las mejores obras para niños y jóvenes publicadas en 2021. Entre ellas aparecía esta maravillosa joya ilustrada, y coincidimos con ellos al cien por cien, firmada por dos autores que conocemos bien de anteriores y exitosas propuestas como Última parada de la calle Market, otro relato multipremiado con el que guarda ciertas similitudes en fondo y forma. El vagón de metro en el que viaja Milo, junto a su hermana, es una prodigiosa atalaya desde la que el niño observa el mundo e imagina las vidas de aquellos con los que comparte trayecto. Con la ayuda de una libreta, esboza la posible cotidianeidad de cada personaje demostrándonos que los prejuicios, las apariencias y las ideas preconcebidas siempre están equivocadas. Cuando llega a destino descubre que ese otro niño que parecía la antítesis de sí mismo en realidad tiene el mismo objetivo: reencontrarse con su madre. Exquisita sensibilidad, poéticas composiciones, tanto en el aspecto gráfico como en el textual, nos conducen por un relato valiente y sincero, en el que se reflejan las inquietudes de tantos pequeños pertenecientes a familias desestructuradas por razones siempre ajenas a ellos. Un fantástico álbum que combina las imágenes nacidas de la delicada paleta de Christian Robinson (Medalla Caldecott) con la representación del universo infantil a través del cuadernillo que porta el protagonista.
Recientemente hablábamos de la selección que la emblemática revista Publishers Weekly había realizado con las mejores obras para niños y jóvenes publicadas en 2021. Entre ellas aparecía esta maravillosa joya ilustrada, y coincidimos con ellos al cien por cien, firmada por dos autores que conocemos bien de anteriores y exitosas propuestas como Última parada de la calle... Seguir leyendo
Milo imagina el mundo
Se acerca despacio un resplandor distante
que crece y crece
hasta que un tren cansado entra en la estación.
La fría ventolera se calma, las ruedas chirrían,
y cuando se abren las puertas, Milo sube al metro.