Siguiendo el estilo gráfico que tantos éxitos ha cosechado en otras series, dirigidas al sector de edad middle grade, y de notable repercusión en todo el mundo (alternancia de tipografías, negritas, mayúsculas y cursivas, dibujos caricaturescos, continuas apelaciones directas al lector...); la pareja Campbell & Jones compila una serie de situaciones cotidianas en la escuela que sirven como base para realizar una parodia sobre la comunidad educativa, y muy especialmente de los docentes, a quien se retrata desde distintas perspectivas y visiones humorísticas. A partir de un mapa del colegio, los lectores investigan en el "particular hábitat" de estos edificios aprendiendo a distinguir, por ejemplo, las tipologías más comunes, los medios de transporte en los que suelen llegar a sus instalaciones cada mañana, algunas ideas para caerles un poco mejor, sus almuerzos preferidos e incluso la posibilidad de descubrir secretos de zonas tan misteriosas y aisladas de los alumnos como son la sala de reuniones de estos profesionales o la conserjería. Un relato hilarante, al que las ilustraciones y combinaciones estilísticas aportan un desenfrenado dinamismo, para afrontar el día a día en clase con una sonrisa en los labios. "Profes, leedlo si os atrevéis"...
Siguiendo el estilo gráfico que tantos éxitos ha cosechado en otras series, dirigidas al sector de edad middle grade, y de notable repercusión en todo el mundo (alternancia de tipografías, negritas, mayúsculas y cursivas, dibujos caricaturescos, continuas apelaciones directas al lector...); la pareja Campbell & Jones compila una serie de situaciones cotidianas en la escuela que sirven como base para realizar una parodia sobre la comunidad educativa, y muy especialmente de los docentes, a quien se retrata... Seguir leyendo
La divertida vida de los profes
ALERTA ALERTA
A los profes esto NO les va a molar. Cualquier cosa que creas que podrías aprender en este libro podría no resultar muy exacta, así que este libro no debería usarse para trabajos de clase ni para hacer los deberes. A menos, claro, que estés hecho de polvo cósmico y seas tan valiente como la luz.