Un formidable estudio de personajes, "marca de la casa", sirve como preambulo a esta nueva y ambiciosa saga orientada a lo que los anglosajones denominan sector de edad "middle grade". Como todas las hermanas también Imogen y Marie tienen sus discusiones. Pero, de igual forma, juntas disfrutan tejiendo universos imaginarios, espacios fantásticos a los que accederán de forma insólita sin posibilidad de retorno. Inmersas en la nueva dimensión comienzan a echar de menos sus comodidades anteriores pero se preparan para todas las aventuras que, sin duda, están obligadas a vivir. En este primer capítulo, que utiliza algunos arquetipos del género para propiciar cierto dinamismo a la trama, la autora ha sabido construir un escenario tan extraño como seductor, un mundo que tiene variadas aristas y secretos por descubrir (imaginamos que serán desgranados en los siguientes episodios). Destaca la excelente construcción de los personajes, a los que ya imaginaremos siempre como aparecen representados por el gran Chris Riddell, y la correcta descripción de las interacciones entre las protagonistas y sus emociones. Cada vez es más dificil sorprender en el género fantástico y Gibbons lo consigue.
Un formidable estudio de personajes, "marca de la casa", sirve como preambulo a esta nueva y ambiciosa saga orientada a lo que los anglosajones denominan sector de edad "middle grade". Como todas las hermanas también Imogen y Marie tienen sus discusiones. Pero, de igual forma, juntas disfrutan tejiendo universos imaginarios, espacios fantásticos a los que accederán de forma insólita sin posibilidad de retorno. Inmersas en la nueva dimensión comienzan a echar de menos sus comodidades anteriores pero se... Seguir leyendo
El reloj de las estrellas
- Y ahora, monstruo serpenteante de las profundidades, ¡prepárate a morir!
El caballero atacó. la babosa de mar gigante le enseñó los dientes y bramó al tiempo que se movía para proteger el tesoro. Pero el caballero fue más rápido. Su espada se hundió en el cuerpo blando y viscoso del monstruo.
- Ahora es cuando te mueres -indicó el caballero.
- No quiero morir -respondió la babosa.
- Pero tienes que morirte. Eres el malo.
- ¿Por qué siempre hago de malo?
- ¡Marie! ¡Dijiste que sí!