En el comienzo de la nueva novela de Sierra i Fabra, la protagonista es trasladada al sector "oeste" del instituto, denominado así por los propios estudiantes por su similitud con las películas de este género (algo difícil de creer en la actualidad ya que muchos chicos y chicas de la edad de los protagonistas desconocen la existencia de este género, muy popular en décadas anteriores). Allí entra en contacto con otros jóvenes que atesoran un potencial intelectual similar al suyo, todos ellos más populares por motes que definen algunas de sus habilidades: Disco, Contador, Jáquer... La idea de la trama es original y muy atractiva, especialmente porque ahonda en los sentimientos, emociones y conflictos personales y grupales de una tipología de estudiante presente en todos los centros escolares y de la que, generalmente, se habla poco en la literatura infantil y juvenil. El autor catalán derriba tópicos una vez más para recrear una divertida (y necesaria) aventura protagonizada por chicos con altas capacidades, en este caso agrupados en el instituto bajo la tutorización de Ágatha. Ella quiere asegurar el correcto desarrollo de sus habilidades incentivando su curiosidad y destrezas. La trama se complica cuando, en una excursión, la maestra es secuestrada por unos villanos a los que estos chicos y chicas tendrán que hacer frente mostrando sus increíbles habilidades, mucho más certeras y eficaces que las de un superhéroe. El apartado gráfico corre a cargo del ilustrador y dibujante de cómics Alex Giménez, que aporta luz, mucha acción y dinamismo a las principales escenas incluidas en el argumento. En su estilo se aprecian claras influencias del manga.
En el comienzo de la nueva novela de Sierra i Fabra, la protagonista es trasladada al sector "oeste" del instituto, denominado así por los propios estudiantes por su similitud con las películas de este género (algo difícil de creer en la actualidad ya que muchos chicos y chicas de la edad de los protagonistas desconocen la existencia de este género, muy popular en décadas anteriores). Allí entra en contacto con otros jóvenes que atesoran un potencial intelectual similar al suyo, todos ellos... Seguir leyendo
El Club de los Especiales
Había oído hablar del Sector Oeste, pero nunca se habría imaginado que acabaría allí. Lo del Sector Oeste no era porque el pabellón del recinto escolar estuviera orientado hacia el oeste o en ese punto cardinal concreto, sino más bien porque los demás estudiantes se referían a esa parte como la de las películas de indios y vaqueros, wésterns, o sea, las películas «del oeste».