En el transcurso de la última expedición en Egipto que Lord Carnarvon (aristócrata inglés que ejerció como mecenas de esta aventura extraordinaria); financiaba al arqueólogo Howard Carter, de la que ahora se cumplen cien años, se produjo un hecho que revolucionaría la historia: el descubrimiento de un hipogeo en el Valle de los Reyes con miles objetos entre los que se encontraba la máscara funeraria de Tutankamón, faraón que reinó y falleció a temprana edad y sobre el que se han construido variadas leyendas. El guionista y escritor Miquel Arguimbau representa aquellos lances definitivos a través de la crónica de esos días inciertos, que fusiona con la representación histórica aproximada de cómo pudo ser la vida, los amores y la corte que rodeaba al último monarca de la dinastía XVIII, empleando una estructura muy habitual en la literatura juvenil. Con una prosa sencilla y amena, el autor logra despertar la curiosidad de los lectores por este momento trascendental y sobre todo por la figura de aquel niño que se convirtió en el máximo poder de la civilización egipcia y sus incógnitas. Al mismo tiempo tributa un homenaje al célebre antropólogo y a la tozudez y autoconfianza que permitió llevar a buen puerto una misión, casi una obsesión, que parecía imposible.
En el transcurso de la última expedición en Egipto que Lord Carnarvon (aristócrata inglés que ejerció como mecenas de esta aventura extraordinaria); financiaba al arqueólogo Howard Carter, de la que ahora se cumplen cien años, se produjo un hecho que revolucionaría la historia: el descubrimiento de un hipogeo en el Valle de los Reyes con miles objetos entre los que se encontraba la máscara funeraria de Tutankamón, faraón que reinó y falleció a temprana edad y sobre el... Seguir leyendo
Tut and Carter
Inglaterra
Tres semanas antes
- ¿Sabes, Howard? Al término de la última campaña te di mi palabra de que te financiaría una más. Solo una, la última. Siempre cumplo mi palabra, incluso en unas circunstancias tan adversas como las actuales. Mi familia no ha dejado de insistirme, muy educadamente, para que no derroche ni una libra más en lo que consideran un despilfarro indigno de un lord.