Crush, en el argot juvenil anglosajón, es sinónimo de flechazo, de amor platónico o a primera vista. Ese es el sentimiento de Stacey al conocer a Scott, un socorrista que trabaja en Sea City, lugar al que ella y Mary Anne han acudido para hacerse cargo de los hijos de la familia Pike. Esa atracción (no correspondida), provoca un conflicto entre las amigas, ya que implica que todo el peso y responsabilidad del trabajo recaiga en solo una de las dos compañeras, con todo lo que eso conlleva. Esta nueva entrega de la exitosa serie que adapta las novelas originales de Ann M. Martin apunta una serie de matices por los que merece seguir recomendando la saga. El humor que destilan sus andanzas, el proceso evolutivo de los personajes que integran la pandilla o la capacidad para plasmar con mucho humor algunas de las inquietudes y emociones propias de la preadolescencia convierten estas novelas gráficas, con un aparentemente sencillo acabado, en una de las primeras opciones para jóvenes aficionadas al noveno arte durante los últimos años, algo a lo que ha contribuido la adaptación al formato audiovisual de las aventuras de Kristy, Claudia, Mary y compañía, disponibles en una de las plataformas de pago más populares entre los adolescentes. Tal vez el trazo de Galligan no alcanza la excelencia de las versiones de Telgemeier, pero sí está en la misma línea de claridad y color que sigue seduciendo a nuevos lectores cada día.
Crush, en el argot juvenil anglosajón, es sinónimo de flechazo, de amor platónico o a primera vista. Ese es el sentimiento de Stacey al conocer a Scott, un socorrista que trabaja en Sea City, lugar al que ella y Mary Anne han acudido para hacerse cargo de los hijos de la familia Pike. Esa atracción (no correspondida), provoca un conflicto entre las amigas, ya que implica que todo el peso y responsabilidad del trabajo recaiga en solo una de las dos compañeras, con todo lo que eso conlleva. Esta nueva entrega de la... Seguir leyendo
EL CLUB DE LAS CANGURO
- Mi hija, el huracán con patas.
- ¿Qué te pones para ir a una mansión, mamá?
- ¿Y ahora qué pasa?
- Hoy vamos todas a la casa nueva de Kristy y quiero estar segura de que voy bien.
- Pero, ¿no habías ido ya?
- Sí, pero no a una reunión. Seguro que tiene unos vecinos muy elegantes.