Cercanas a las premisas argumentales de los mejores títulos de Indiana Jones o incluso de Sherlock Holmes (buena parte de la trama está ambientada además en Londres), las aventuras de Theodosia Elizabeth Throckmorton (nombre completo que solo utiliza su padre cuando quiere llamar su atención), desembarcan por fin en España. La joven, un personaje carismático que no es tomado en serio por los adultos, crece en un entorno tan peculiar como privilegiado: el Museo de Leyendas y Antigüedades que regentan sus progenitores, considerado el "segundo más importante del país". Allí desarrolla una labor callada (y sorprendente para su edad), estudia, analiza y se deshace de aquellos objetos inventariados con sospecha de que puedan estar hechizados (magia negra) o impliquen maldiciones. La madre de la protagonista, una arqueóloga, trae de Egipto un amuleto del que Theo desconfía, gracias a sus amplios conocimientos, convencida de que sobre el se cierne una destructiva maldición que puede hacer mucho daño a la sociedad inglesa. Accidentales circunstancias obligan a la joven a unirse a un ladrón de poca monta y a lord Wigmere, jefe de una sociedad secreta, para poner a buen recaudo ese objeto, especialmente peligroso cuando cae en manos equivocadas. Con apuntes históricos rigurosos, el coctel temático es, a priori, ideal para lectores preadolescentes: trazas de la época victoriana, misterio, sociedades secretas, nazis malvados, historia contemporánea, algunos brochazos de humor y múltiples hechizos y espíritus malignos asociados a determinadas leyendas sobre el Antiguo Egipto.
Cercanas a las premisas argumentales de los mejores títulos de Indiana Jones o incluso de Sherlock Holmes (buena parte de la trama está ambientada además en Londres), las aventuras de Theodosia Elizabeth Throckmorton (nombre completo que solo utiliza su padre cuando quiere llamar su atención), desembarcan por fin en España. La joven, un personaje carismático que no es tomado en serio por los adultos, crece en un entorno tan peculiar como privilegiado: el Museo de Leyendas y Antigüedades que regentan sus... Seguir leyendo
Theodosia y las serpientes del caos
17 de diciembre de 1906
No me fío de Clive Fagenbush.
¿Cómo puedes confiar en una persona que tiene las cejas tan pobladas y negras como un cepillo de pelo y que huele a col hervida y a cebollas en vinagre? Además, empiezo a sospechar que trama algo.