"La más profunda e inteligente de los escritores", así definió Neil Gaiman a Ursula K. Le Guin en 2018, cuando falleció la que está considerada una de las autoras más importantes de la fantasía de todos los tiempos. Su legado permanece en obras que nunca pasan de moda, permanentemente imitadas o citadas por autores contemporáneos. Más allá de las "Historias de Terramar", su producción incluye una amplia variedad de textos entre los que sobresalen los relatos cortos, categoría en la que se puede ubicar "The Ones Who Walk Away from Omelas", ganador del prestigioso Premio Hugo en 1974 y nominado al Premio Locus. Originalmente incluido en una antología de ciencia ficción, Le Guin dibuja una ciudad utópica en la que los lectores pueden intuir el coste ético que deben pagar las sociedades civilizadas. Resulta admirable como en poco más de treinta páginas consigue elaborar una inteligente crítica a aquellos eslabones de la cadena que basan su bienestar en el sufrimiento de otros. La metáfora adquiere una profundidad filosófica y metafísica, sin perder amenidad, y deja a nuestra imaginación el verdadero destino de aquellos que abandonan la urbe... Series tan populares como Doctor Who o Star Trek han hecho pequeños homenajes a esta obra en diferentes temporadas. Las ilustraciones están firmadas por Eva Vázquez, artista que siempre destaca por sus imaginativas propuestas, capaces de crear universos imaginarios mediante escenas que se prestan a múltiples interpretaciones. Una edición excelente certifica la unión de dos talentos excepcionales.
"La más profunda e inteligente de los escritores", así definió Neil Gaiman a Ursula K. Le Guin en 2018, cuando falleció la que está considerada una de las autoras más importantes de la fantasía de todos los tiempos. Su legado permanece en obras que nunca pasan de moda, permanentemente imitadas o citadas por autores contemporáneos. Más allá de las "Historias de Terramar", su producción incluye una amplia... Seguir leyendo
Quienes se marchan de Omelas
Con un clamor de campanas que hizo a las golondrinas alzar el vuelo, el Festival del Verano llegó a Omelas, la ciudad de las torres relucientes junto al mar. Las jarcias de los barcos destellaban en el puerto cubiertas de banderines. En las calles, las procesiones se movían entre las casas de tejados rojos y muros pintados, entre los viejos jardines cubiertos de musgo y por las avenidas arboladas, a través de los grandes parques y ante los edificios públicos.