Todos tenemos derecho a estar tristes. Hay días y momentos en los que la aflicción es inevitable, no hace falta encontrar razones de peso, el desasosiego nos invade sin querer y buscamos la mejor forma para eludir el desánimo. En el caso de Olga las emociones sirven como vehículo para expresarse y manchas, pinturas, incluso cordones ofrecen una vía de escape tan imaginativa como reconfortante. Tal vez la abuela tenía razón: cuando se tiene una pena... La comunicación con su madre y el análisis de sus propios sentimientos mediante la expresión artística permiten redimir un estado de ánimo deteriorado, pasajes complejos que Celia Sacido representa en imágenes en las que combina diversas técnicas, fiel a sus evocadores parámetros pictóricos habituales.

Todos tenemos derecho a estar tristes. Hay días y momentos en los que la aflicción es inevitable, no hace falta encontrar razones de peso, el desasosiego nos invade sin querer y buscamos la mejor forma para eludir el desánimo. En el caso de Olga las emociones sirven como vehículo para expresarse y manchas, pinturas, incluso cordones ofrecen una vía de escape tan imaginativa como reconfortante. Tal vez la abuela tenía razón: cuando se tiene una pena... La comunicación con su madre y el... Seguir leyendo