La Compañía Rumiante de Fantoches Ambulantes ofrece una función exclusiva para los lectores. Vinayaki, la elefanta, traba cierta amistad con el osito Gordon, tras una pequeña confusión de bienvenida, y muestra sus temores ante la próxima intervención a la que va a ser sometida. Pero estrenar ojos nuevos no debería ser motivo de inquietud pues otros muchos muñecos de la casa han pasado ya por el "taller". Cuando la protagonista parece alcanzar la serenidad tres nuevos invitados aparecen en escena avivando el divertido "conflicto" inicial, pero pronto descubren que unidos todo es más divertido, aunque a veces los instintos primarios pueden provocar alguna que otra sorpresa. Por fin, al caer el día, la recién llegada puede descansar de una jornada agitada a pesar de que, en su mente, siguen sucediéndose las preguntas, provocadas por el nerviosismo que genera la inminente visita de la doctora. ¿Mejorará el estado de la protagonista? ¿Qué nuevos escenarios se abrirán cuando estrene mirada? La editora, traductora y escritora gaditana Ellen Duthie, poseedora de una prosa siempre original y sorprendente, está acompañada aquí de dos genios de la ilustración, Javier Sáez Castán y Manuel Marsol, que dejan su inconfundible impronta en el retrato de las alocadas y divertidas andanzas del singular elenco protagonista.
La Compañía Rumiante de Fantoches Ambulantes ofrece una función exclusiva para los lectores. Vinayaki, la elefanta, traba cierta amistad con el osito Gordon, tras una pequeña confusión de bienvenida, y muestra sus temores ante la próxima intervención a la que va a ser sometida. Pero estrenar ojos nuevos no debería ser motivo de inquietud pues otros muchos muñecos de la casa han pasado ya por el "taller". Cuando la protagonista parece alcanzar la serenidad tres nuevos invitados aparecen... Seguir leyendo
Un par de ojos nuevos
Acto primero
La llegada de la recién llegada
Gordon se presentó a la recién llegada:
- Hola, soy Yo.
- Encantada -dijo la recién llegada-. Yo también soy yo.
Gordon carraspeó:
- Me temo que eso no puede ser. Tú serás Tú, no puedes ser Yo, ¿me entiendes o no?
- ¡Noooo! ¡No-no-no! -dijo la recién llegada-. Yo creo que te confundes. Soy yo la que soy Yo y tú eres el que eres Tú.
Gordon volvió a carraspear.