Abby no soporta las convenciones de su época, no entiende que deba permanecer bordando, en el silencio del hotel junto al acantilado en el que pasa unos meses junto a su madre, tampoco las aburridas "leyes" que impiden ser libre en cada momento a la gente de su edad. Cada nuevo huésped supone una puerta abierta a la imaginación, a la espera de que llegue alguien interesante (por ejemplo una familia con una niña para tener compañía); pero lo cierto es que el tedio no parece tener fin hasta que, alarmada por la presencia de moscas muertas accede a la habitación 21, una estancia sobre la que pesan oscuras leyendas y que lleva clausurada largo tiempo. Jugando con uno de los cuadros de su interior cobra vida Walton, un fantasma adolescente tan sensible como guasón, tan miedoso como engreído. Una visita a la ocultista Alicia Bailey le permitirá conocer toda la verdad del lugar en el que se alojan así como de los antiguos habitantes de aquella morada. Al descubrir que, a consecuencia de sus actos, debe permanecer "encadenada" al espectro, decide seguir las indicaciones de la señora. Así se inicia una aventura llena de sorpresas que implica atravesar el bosque maldito y realizar en él un sencillo rito. El humor sirve como guía en esta historia de almas errantes poblada de seres fantásticos que contiene ingredientes seductores para el lector preadolescente. Ambientado en la Inglaterra victoriana, en un escenario sugerente frente al mar, presenta pasiones amorosas a través del tiempo, mucho cachondeo en el diseño de personajes y una protagonista carismática y empoderada que rompe con las convenciones sociales de la época. El apartado gráfico es atractivo, teñido de tonalidades otoñales, y realizado mediante procedimientos digitales.
Abby no soporta las convenciones de su época, no entiende que deba permanecer bordando, en el silencio del hotel junto al acantilado en el que pasa unos meses junto a su madre, tampoco las aburridas "leyes" que impiden ser libre en cada momento a la gente de su edad. Cada nuevo huésped supone una puerta abierta a la imaginación, a la espera de que llegue alguien interesante (por ejemplo una familia con una niña para tener compañía); pero lo cierto es que el tedio no parece tener fin hasta que, alarmada por... Seguir leyendo
ABBY & WALTON
Inglaterra, 1853
- ¡Oh!
- ¡Alguien, por fin!
- ¿¡Tal vez tengan un chico de mi edad!?
- ¡ABBY!
- ¡CONCÉNTRATE EN TU BORDADO!
- ¡Odio la costura!