Susanna Isern plantea una fábula protagonizada por animales humanizados para hablar de una de las lacras, el bullying, por desgracia aún vigentes en nuestra sociedad contemporánea y que afecta a niños y jóvenes. A través de la historia de Castorcillo, un protagonista apocado que sufre las acciones maléficas del pequeño jabalí, conocemos poco a poco la situación opresiva que les toca vivir, también por su culpa, a otros amigos, aunque ninguno se atreve a denunciar ese terrible paradigma. La discriminación y continuo hostigamiento se mantiene como un secreto ante los padres del personaje principal hasta que la ardilla, fiel amiga, decide tomar cartas en el asunto iniciando una campaña de denuncia (y ridiculización) que pronto genera sus frutos. Un mensaje muy necesario en el mundo actual, presentado de forma inteligente en un formato con aires de cuento clásico para exponer situaciones que los lectores puedan identificar desde las primeras edades y así tomar cartas en el asunto. El apartado gráfico, de bella factura, es obra de Daniel Montero Galán, que impregna de colores otoñales cada escenario e introduce guiños y apariciones fugaces de viejos conocidos de anteriores historias firmadas por esta pareja de creadores (Cartas en el bosque y Un misterio en el bosque)
Susanna Isern plantea una fábula protagonizada por animales humanizados para hablar de una de las lacras, el bullying, por desgracia aún vigentes en nuestra sociedad contemporánea y que afecta a niños y jóvenes. A través de la historia de Castorcillo, un protagonista apocado que sufre las acciones maléficas del pequeño jabalí, conocemos poco a poco la situación opresiva... Seguir leyendo
La voz del bosque
Castorcillo era el de los rincones. En el colegio se sentaba al fondo, en el claro del bosque se escondía tras un árbol y, cuando andaba por los prados, lo hacía saltando de esquina en esquina.
Pero, a pesar de tratar de pasar desapercibido, a Castorcillo siempre le encontraban las calamidades.